caminé en círculos
para no perder los pasos,
ahora toda la ciudad
huele a miga de pan caliente,
y de las jaulas abiertas
sólo vuelan plumas verdes.
todos los hombres
abortan caricias,
y a mi sólo me nace
abrazos de una cara.
he contado tres tripas
sonando de hambre,
con la mía cuatro
sonando de ti.
y los espejos nunca
dicen la verdad,
cuando buscamos
vernos reflejados,
las niñas de
piernas largas
siempre me sacarán
una cabeza o dos.
voy marcando el perfil
de la sonrisa,
nombrando los gestos
que quedan en el suelo,
que no
por no tener nombre
dejan de existir.
y me invento columpios
en las manos,
me arranco las uñas
para que crezcan en las yemas
de los dedos,
y así acariciarte del revés
acoplando mis nudillos
a tus huesos.
todas tus respuestas
están en mis caderas.
M.
sólo una cosa: CARAMELO
ResponderEliminarno
ResponderEliminarno dejan de existir...
No hay mejor sitio.
ResponderEliminarSaludos.
tripas sonando de ti... grande!
ResponderEliminarEl mejor olor es de la miga de pan caliente, si señora!
ResponderEliminarSiento como que hay mucha información del "yo" y poco del "tu", poco y nada y sin embargo cada vez que parece que es muy importante.
ResponderEliminarAl leerlo me daba la imagen de una niña, pequeña en un mundo inmenso.
La frase:
"todos los hombres
abortan caricias..."
Me cuesta integrarla al contexto del resto, como que luego no se puede sostener esa frase.
Con el final me pasa algo parecido.
Algunas frases media rebuscadas, un poco confusas.
Ahora si me quedo con la (aparente) inocencia de esa niñita que se inventa columpios en las manos, dentro de ese mundo inmenso que la asusta y a la vez se deja enamorar por ese aroma a miga de caliente.
...impresionante...
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