me despeino la sonrisa,
cuando rompes uno a uno
los óvulos que no llegan a ser.
me crece una virginidad
de color malva,
cada vez que violas
la distancia de mi boca.
me miras como a una niña
de pecas y mocos en la manga.
mis piernas te engullen
para sentir tu peso de pájaro,
tus alas cosidas a mis muslos,
tus plumas penetrando
la tinta de mis ojos.
voy a rasgar el día,
la piel,
el nido.
M.
me parece brutal este poema. es espejo. gracias
ResponderEliminarEspectacular, imágenes muy claritas y bien definidas.
ResponderEliminarMe encantó.