No creas que por estar bautizado
te perdonarán el pecado
de ser quien eres,
pagarás cada uno de tus pensamientos.
La primera comunión no explica,
que las verdaderas comuniones
prácticamente no existen.
Cada vez que digan tu nombre
te condenarán a vivir
tan nombrado como tan ajeno.
La vida fácil está en lo que
te venden,
o en la ceguera.
Buscarás la felicidad por un tiempo,
puede que te canses o
puede que entiendas
que no siempre es necesaria.
Deja de rezar a un dios
que ya te ha abandonado,
privándote de amuletos para el miedo,
recetándote pastillas para dormir,
prohibiéndote drogas para soportarlo.
Intentarás esconder al animal
que llevan años intentando domesticar,
porque tu lado salvaje muerde
y así les darás de comer.
Ahora desearás dejar de desear
la medalla de plomo
como premio de consolación,
al mérito por haberte equivocado.
Pero cumplirás mientras puedas
la función vital de dejar pasar el aire,
aunque cada esquina te diga que la vida es así
y te quiten el derecho a lamentarte.
M.